Las habilidades clave para triunfar en la organización de eventos

En este artículo, comentaremos las principales características del organizador de eventos y sus habilidades tanto personales como profesionales. Los event managers son los encargados de gestionar todo el proceso de organización de diferentes tipos de actos y acontecimientos: conferencias, exposiciones comerciales, presentaciones y todo tipo de celebraciones.

A grandes rasgos, suelen ser personas sociables, tranquilas y con grandes dotes organizativas. No obstante, su trabajo es más complejo y desafiante de lo que parece, pero también muy satisfactorio. Si estás pensando en estudiar organización de eventos, ¡este post te interesa!

¿Cuáles son las habilidades que debe tener un organizador de eventos?

Cualquier tipo de evento implica una negociación, planificación, coordinación y seguimiento. Para cumplir todas estas fases, los event managers deben contar con habilidades muy específicas. A continuación, te hablamos de las más relevantes.

Capacidad organizativa y liderazgo

Sin duda, entre las principales características de un planificador de eventos se encuentra la habilidad para la gestión de proyectos y la organización. El event manager debe tener una visión de conjunto, ya que debe supervisar de principio al fin todo el evento. Además, administra todos los recursos financieros y también los humanos. Por tanto, ha de saber coordinar de forma transversal a todos los miembros del equipo con empatía y dotes de liderazgo.

En líneas generales, las fases de organización en las que debe participar el planificador de eventos en su carrera profesional son:

El diseño del proyecto: Hablar con los clientes, recopilar información y dar forma al evento. En esta fase también se definirán los objetivos, colaboradores, proveedores y el presupuesto.

Planificación del evento: Es la fase de materialización del diseño. Incluye gestionar el trabajo con los proveedores y repartir tareas: elección del lugar para celebrar el acto, solicitud de permisos y licencias, elaboración del programa, etc.

Fase de producción: Es el momento en el que ponemos en marcha el plan establecido. Para ello, será necesario supervisar el desarrollo del evento, coordinar el montaje y los equipos de trabajo, así como solucionar los imprevistos.

Hay algunos perfiles de organizadores que coordinan incluso más de un evento a la vez. Otros, sin embargo, se especializan en determinadas fases del proyecto o en determinados tipos de eventos como, por ejemplo, conferencias empresariales.

Habilidades comunicativas

Debe mostrar facilidad de palabra, tanto a nivel verbal como escrita. Se trata de desarrollar la capacidad de expresar de forma clara y concisa las ideas en torno a la organización del evento. Pero también desarrollar la capacidad de escucha para entender a los interlocutores.

El excelente trato al cliente será el primer paso: entender qué quiere, guiarle y diseñar el evento de acuerdo a sus necesidades y deseos. Es muy importante también mantenerle informado en todo momento del desarrollo del proyecto.

Posteriormente, establecerá relaciones con una gran variedad de profesionales y proveedores a los que debe transmitir las ideas del cliente. El objetivo es garantizar la correcta aplicación del diseño y que todas las partes comprendan y ejecuten correctamente su función.

Capacidad de negociación y persuasión

Junto con la capacidad de comunicación, la negociación y la persuasión son factores fundamentales para ‘vender’ nuestras ideas y propuestas. En todas las fases del proceso, deben tratar y llegar a acuerdos tanto con los clientes, como con los proveedores o patrocinadores. Para ello es necesario presentar nuestro proyecto y presupuesto y argumentar por qué es la mejor opción para su evento.

No obstante, no solo se trata de convencer al cliente en la primera fase para que haga uso de nuestros servicios. La relación de confianza incluye también el establecimiento y la consecución de los objetivos fijados en el proyecto. Esto incluye cierta capacidad analítica. Durante la primera fase de negociación se identifican las necesidades y oportunidades del cliente. Además, también en la fase post-evento para analizar, evaluar y generar un informe o balance de los resultados obtenidos.

Improvisación y capacidad resolutiva

Sin duda la capacidad de improvisación y las habilidades para resolver problemas también son características fundamentales de los organizadores. Siempre hay situaciones que escapan a nuestro control y problemas inesperados. Un buen planner debe mostrar flexibilidad y capacidad de adaptación frente a eventos cambiantes.

Los imprevistos no deben afectar a la organización integral del evento. Se debe mantener la calma, analizar la situación y ejecutar los cambios y adaptaciones necesarias. En este sentido, la agilidad, el ingenio y la creatividad para afrontar situaciones imprevistas será determinante. Con ello también transmitimos confianza, seguridad y profesionalidad a nuestros clientes.

Buen manejo del estrés

En líneas generales, los organizadores de eventos deben trabajar durante largas jornadas, a menudo sin descansos y bajo mucha presión. Como decíamos, una de las características principales del planner es gestionar simultáneamente diferentes tareas y controlar todas las fases del proceso. Esto incluye también la capacidad de delegación y coordinación de equipos. Lo importante es mantener la calma y no ceder a la presión del momento.

La organización y previsión de posibles problemas reduce considerablemente el estrés. Se trata de priorizar tareas y planear el trabajo con la suficiente antelación. La intuición juega aquí también un papel fundamental, ya que podemos ser capaces de anticiparnos a los problemas para minimizarlos y tener siempre un plan B preparado.

Pasión por la organización de eventos y creatividad

Si quieres centrar tu carrera profesional en este ámbito debes saber que la pasión es la característica del organizador de eventos que sustenta todo el proceso. Trabajar con pasión y creatividad nos permitirá ofrecer un valor añadido a los eventos y crear una diferenciación con la competencia. La clave es analizar profundamente el concepto del evento, plantear ideas innovadoras y originales.

En la ejecución del evento, prestar atención a cada detalle, desde la adecuación de las invitaciones, la decoración, la música o la disposición de los elementos. Se trata de estar atento a todos los detalles que deben cumplirse para asegurar el éxito del acontecimiento.

Si nos gusta nuestro trabajo, esta es la fase más divertida y satisfactoria. Al fin y al cabo, no se trata solo de cumplir con una organización pragmática del evento, sino de crear una experiencia inolvidable para nuestros clientes.

Orígenes y evolución del marketing deportivo

El marketing deportivo es una de las ramificaciones especializadas del marketing. El mundo del deporte ofrece posibilidades ilimitadas para implementar diferentes estrategias y acciones para mejorar la visibilidad de las marcas. De hecho, se trata de uno de los tipos de promoción con más repercusión en el mundo del entretenimiento, incluso por encima de la industria musical. En este post te hablaremos del marketing en el deporte, su origen y su evolución en los últimos años.

¿Qué es el marketing deportivo?

El marketing deportivo desarrolla estrategias relacionadas con el deporte para dar a conocer una marca o mejorar la venta de determinados productos o servicios. Estas estrategias pueden estar enfocadas en la promoción de eventos deportivos, equipos, productos o servicios relacionados con los deportes.

Aquí te nombramos algunos aspectos fundamentales del marketing en el ámbito deportivo:

– La emoción-reacción. El marketing deportivo no solo busca la captación de nuevos clientes. El deporte genera muchas pasiones y emociones por parte de la afición, por lo que puede resultar una herramienta muy eficaz para trabajar el branding de las empresas, el posicionamiento, la fidelización de los clientes y el aumento del engagement en las comunidades online.

– Buscamos aficionados, no solo consumidores. El objetivo es conectar con las emociones de los aficionados para mover a la acción. Se trata de generar un vínculo entre las marcas y los valores positivos que aporta el deporte, como por ejemplo, el sentimiento de pertenencia, el orgullo o el trabajo duro. De esta forma, tanto los deportistas como los propios aficionados pueden convertirse en los mejores brand ambassadors de las marcas que promociona el especialista en marketing.

– No solo existe el fútbol. En cuanto a sus ámbitos de acción, bien es sabido que el fútbol es uno de los deportes con mayor visibilidad. No obstante, existen multitud de deportes y atletas con características especiales que abren un amplio abanico de posibilidades para conectar y representar los valores de las diferentes marcas.

La evolución del marketing deportivo

La relación entre el marketing y el deporte tiene una larga trayectoria. A lo largo de los años, encontramos publicidad de todo tipo en eventos deportivos, estadios, vallas, etc. A continuación, te ofrecemos un repaso histórico de los principales hitos de la comunicación vinculada a la gestión deportiva:

Principios del S.XX

En los años 20, con la irrupción de la radio, aparecen las primeras promociones de productos en relación con el deporte y su retransmisión. La publicidad de diferentes marcas empezó a estar cada vez más presente en deportes como el baloncesto, el fútbol americano, el baseball y las grandes ligas.

Entre las acciones más relevantes encontramos el patrocinio de Wilson Sporting Goods al golfista Gene Sarazen, en el año 1923. Cinco años después, en 1928, Coca Cola estuvo presente en los Juegos Olímpicos de Amsterdam con uno de los contratos de patrocinio más longevos de la historia del marketing.

Siguiendo el ejemplo de Coca Cola, en el año 1936, Adidas patrocinó los famosos Juegos Olímpicos de Berlín. Además, por primera vez proporcionó ropa y equipamiento a Jesse Owen para que luciera su marca con fines promocionales, aprovechando su popularidad.

Segunda mitad del S.XX

A partir de los años 50, con la llegada de la televisión, se introdujeron nuevas formas de expandir la presencia de las marcas en el mercado. En estos años, se empezó a integrar la publicidad en retransmisiones deportivas y en los propios estadios. De hecho, en el año 1954, el estadio de baseball Sportsman’s Park en Missouri pasó a ser el “Busch Park” cuando cervecería Anheuser Busch compró los derechos de nombre del estadio.

Posteriormente, los años 80, empezaron a instalarse las famosas pantallas patrocinadas en los estadios. Y con ello, las inserciones publicitarias durante los partidos. En las siguientes décadas aumentaron exponencialmente los patrocinios de grandes figuras del deporte. Uno de los ejemplos más paradigmáticos fue la vinculación de Nike con Michael Jordan, que generó una nueva marca de zapatillas, las famosas Air Jordan. La estrella del baloncesto se convirtió en una de las figuras publicitarias más relevantes del deporte. A partir de este momento, el patrocinio a deportistas incorporó otras grandes marcas como Adidas o Puma.

El marketing deportivo hoy en día

El especialista en marketing siempre busca nuevas formas y canales para conectar con el público. En este sentido, internet ha transformado profundamente las estrategias de promoción de las marcas. Ya no se trata solo de la presencia en los estadios, la esponsorización de deportistas o los anuncios en televisión o radio.

El desarrollo de las nuevas tecnologías digitales han multiplicado exponencialmente las oportunidades de contacto y también la capacidad de segmentación de los públicos. Las retransmisiones se comparten y comentan a través de las plataformas digitales. Estos espacios generan a su vez nuevas personalidades relevantes vinculadas al deporte, como por ejemplo los youtubers o influencers. Prueba de ello es la relevancia de algunos streamers como Ibai Llanos en Twitch y los eSports, tanto a nivel nacional como internacional.

El poder amplificador y la capilaridad conectiva permiten generar estrategias más centradas en la audiencia y en la creación de comunidades de referencia para representar los diferentes valores del producto o servicio. Por tanto, la unidireccionalidad en la comunicación con el público se transforma en un contacto en tiempo real y progresivo entre marcas y aficionados.

Por último, los eventos, los equipos e incluso los propios deportistas funcionan ya como marcas. Desarrollan sus propias estrategias de posicionamiento y trabajan con sus públicos objetivos y comunidades de seguidores. Así, los deportistas también se convierten en influencers profesionales con capacidad para viralizar contenidos. Muestra de ello, son los múltiples patrocinios a deportistas como Rafael Nadal, Messi, Gómez Noya o Mireia Belmonte.

Cada innovación tecnológica genera un impacto no solo en la publicidad, sino en la propia gestión deportiva y el seguimiento de los eventos. Por tanto, los principales retos del marketing deportivo para el futuro incluyen la integración de los nuevos avances tecnológicos. Entre ellos encontraremos el desarrollo de la realidad virtual y aumentada o la inteligencia artificial en el mundo del deporte.

¡Hasta entonces, seguiremos informándote de todas las novedades en nuestro blog!

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